Analógica no es una revista perfecta.*
No es un libro fine-art.
Pero tampoco un fanzine, ni una revista descartable -sin desmerecer estas bellas alternativas-.
Analógica será una sucesión de intentos por encontrar el equilibrio entre libro y revista: entre calidad y optimización -y cuidado- de los recursos, pensando siempre en ser accesible para retornar a su origen: la comunidad fotográfica, ustedes.
Sino nada de esto tendría sentido, porque el objetivo final es promover la vuelta de lo analógico, de lo tangible, del tiempo compartido en un café viendo fotos de amigos, colegas, o aquellos a quienes admiramos y para eso la revista tiene que llegar a vuestras manos. Por eso les pedimos que tengan paciencia, pero que también nos acompañen y nos ayuden a mejorar. Nosotros estaremos trabajando para -y por- ustedes, intentando estar cada vez un poco menos alejados de la -sobrevalorada- perfección.
*Tampoco es que uno deba preocuparse tanto por esto de la perfección. Después de todo, se trata de algo divino y la fotografía -por más mágica que nos resulte- es tremendamente humana.
Además la fotografía no es una foto, es un proceso: un recorrido lleno de imperfecciones o variaciones, que dan como resultado una imagen, o lo que estoy pensando ahora: muchas imágenes.
Lo único real son aquellas ondas que viajan por el espacio, golpean un objeto y rebotan -las que pueden- impactando en nuestros ojos, sensores electrónicos o películas fotosensibles. Entonces el primer inconveniente, porque todos los ojos son distintos y todos los sensores también (#1). Luego el procesado de esa información, donde las cosas seguirán distorsionandose de acuerdo a cada sistema nervioso o cada modelo o configuración de la cámara o cada revelador en su laboratorio (#2). A continuación el digitalizado del material en el caso de ser analógico (#3), y la edición -o distorsión intencionada- en computadora de los archivos (#4), de acuerdo a lo que vemos en una pantalla -que vaya uno a saber como interpreta la información de esos unos y ceros-. Por último -si se quiere- la impresión, la estampa, la reproducción, la bajada a papel. (#5) Todo exponencial: miles de variables en cada paso.
Me pregunto entonces cual es la verdadera foto, la verdadera imagen, la más correcta. ¿Es acaso aquella que representa la realidad de la forma más parecida a mi recuerdo de lo que mis ojos vieron en aquel momento fugaz, de escenografía espontánea e iluminación irrepetible?
Probablemente no exista la versión -técnicamente- perfecta de una fotografía, sino simplemente subjetividad.
por JUAN CASTELLI